Hay algo especial en el cine de los ’90, something I can’t put my finger on, probablemente sólo sea nostalgia. Es cierto, sin embargo, que un análisis del lenguaje cinematográfico puede poner al descubierto ciertos códigos de ambientación comunes. “Muertos de Miedo”, según su traducción al castellano (o también “Agárrame esos fantasmas”), es una película de Comedia/Terror dirigida por Peter Jackson, reconocido por su posterior trabajo en la trilogía de “El Señor de los Anillos” (el hijo de uno de los actores de esta película obtuvo el papel de Sam en The Lord of the Rings).
Sinopsis: Frank Bannister es un architecto que abandonó su profesión consecuencia de un accidente automovilístico, en el que no sólo murió su esposa, Debra, sino que el trauma alteró su percepción y ahora puede ver espíritus. Con el tiempo, Frank aprendió a sacar provecho de su habilidad asociándose a unos fantasmas para asustar a la gente y cobrar por servicios de “exorcismo”. Sin embargo, una nueva presencia fantasmal en el pueblo hará que la Dra. Lucy Lynskey sea su último cliente.
Michael J. Fox ocupa el rol protagónico. Para la época, Fox ya gozaba de una interesante trayectoria gracias a las películas de “Volver al Futuro”. Su actuación en The Frighteners es, sin embargo, la última como papel central. Fox continuó su carrera en la serie Spin City, pero ya al año 2000 se retira parcialmente del cine a causa de la enfermedad de Parkinson (diagnosticada en 1991). Esto lo llevó a volcar sus energías en el activismo y creó The Michael J. Fox Foundation, dedicada a la investigación de la enfermedad con vistas a encontrar una cura, así como el desarrollo de tratamientos para mejorar la calidad de vida de aquellos que estén aquejados por la patología. Aunque en menor grado, su carrera como actor continúa en numerosas apariciones en televisión, entre las cuales podemos recordar al Dr. Kevin Casey en uno de los episodios de Scrubs.
Los efectos especiales son uno de los puntos fuertes de este film, aunque por momentos la fluidez narrativa muestra huecos que hacen tambalear al espectador con giros que no cuajan del todo. La empresa encargada de los efectos, Weta Digital, propiedad del director, hizo un excelente trabajo teniendo en cuenta que sólo contaba con 3 años de existencia y carecía de experiencia en el área de los efectos digitales (lo cual se reflejó en el tiempo de post-producción que se extendió durante 18 meses). El Grim Reaper es una de las animaciones mejor logradas. También se había realizado la de una especie de ángel guardián, que finalmente fue eliminada del corte final.
Hay una gran cuota de orgullo de fondo, ya que Jackson insistió en rodar el largometraje en Nueva Zelanda, su país natal, de donde también, por supuesto, es oriunda la mencionada empresa de edición. Su intención era demostrar que en Nueva Zelanda podían producirse películas comparables a las de Hollywood.
Hay que entender también la complejidad de una edición que, por ejemplo, requiere que la mayoría de las escenas se filmen dos veces (los actores que representaban fantasmas debían interpretar su papel frente a una pantalla azul). Uno debe sentirse muy ridículo al interactuar con… la nada.
La música para la película la compuso el excelente Danny Elfman. Enumerar sus trabajos más destacados sería demasiado largo, pero podemos decir que el de esta película no es uno de ellos. Por lo demás, podemos escuchar un cover de la canción Don’t Fear The Reaper, originalmente publicada por Blue Öyster Club, en este caso interpretado por The Mutton Birds (banda alternativa neozelandesa que nadie conoce). Encuentro a la canción de mi sumo agrado =)
Los cinéfilos se percatarán de algunos cameos: el director aparece brevemente como un hombre con piercings que choca con el protagonista en la calle; y, casi imperceptiblemente, podemos ver en una escena a la actriz de la película anterior de Jackson, Heavenly Creatures, cuyo apellido también es Lynskey.
La temática de asesinos en serie es un punto troncal en la trama, y si prestamos atención notaremos una fugaz referencia a la existencia de Charles Manson.
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En mi opinión, el concepto de la película se explotaría muchísimo más si respondiera sólo al género terror y no pretendiera abarcar el espectro cómico, que falla en dominar. Algunas actuaciones son muy buenas, otras podrían ser mejores, y algunas son sencillamente noventosas. En términos generales, es una película entretenida, con un enfoque clásico. Lamento no poder extenderme sobre otras temáticas presentes, como las patologías psiquiátricas (tema muy bien tratado).
3 caritas felices! (es que nos quedamos sin estrellas)
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Sicómoro.
UAP. 